miércoles, 2 de enero de 2013

Mi reconocimiento y admiración a la Schola Polifónica La Paz


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El hombre ha experimentado desde muy temprano la necesidad de expresar sus estados anímicos de asombro y angustia que despertaban los fenómenos naturales del Universo, y los hechos cotidianos de su vida de relación, acudien­do al instrumento más natural y accesible que disponía, su propia voz.
Con el devenir de los tiempos, el canto coral ha ido acentuando paulatinamente su carácter de instrumento social aplicado al servicio de la comunidad. Desde las primitivas formas musicales en que el canto individual y colec­tivo desempeñó diversas funciones, empleándose como remedio espiritual y material, hasta las sociedades modernas, en que su cultivo se ha ido acrecentando de modo notable, fue siempre un vehículo maravilloso, connatural e inmediato, de las emociones del ser humano.
En el canto coral, esta característica se acentúa por su particular naturaleza. La concurrencia de varias voluntades determinadas hacia un mismo fin hace que la proyección social de un coro sea mucho mayor que la del canto individual. La participación de un número considerable de voces cantando, contornos insospechados, al beber en la esencia misma del ser humano y dinamizar simultáneamente, presupone la existencia de un pacto previo, de una mística común que alcanza convenientemente sus mejores cualidades en una empresa al servicio de la sociedad a la cual pertenece.
En todos los tiempos el canto coral ha consti­tuido una de las manifestaciones artísticas desti­nadas a conmover las raíces más profundas del espíritu humano, apelando a sus creencias religio­sas, a sus sentimientos y emociones más puras, y exal­tando por fin la alegría de vivir en todas sus facetas, característica ya descubierta por Platón cuando lo de­finiera acertadamente como: "El arte que, regulando la voz, llega hasta el alma y le inspira el gusto a la virtud».
El desarrollo armonioso de la personalidad del coralista, donde a la par de una irreemplazable vi­vencia estética adquiere las bases de un comporta­miento social de profundas connotaciones humanísticas, es el fruto y el premio más valioso que pueda alcanzar como resultado de su esfuerzo anónimo y consciente.
La especial característica de la estructura interna de un coro determina la existencia de ciertas pautas de conducta que son indispensables para la buena marcha de la institución. La naturaleza del mismo supone una gran humildad de parte de sus integrantes, quienes deben de valorar en su exacta dimensión la importancia de su participa­ción. "Todos los coralistas son necesarios, pero nadie es imprescindible", podría ser el lema que presidiera cada ensayo, cuyo cumplimiento serviría eficazmente para desalojar el "divismo" que tanto daño hace al quehacer artístico en general.
Sentimientos de compañerismo, solidaridad, respeto al semejante, tolerancia y la incentivación de los hábitos de orden, disciplina y constancia, son algunos de los rasgos que se encuentran presentes en la labor coral
Fortificados de este capital, el coro se convierte en un elemento de formación cultural de considerable importancia y eficacia.
La Schola Polifónica La Paz, expresión musical de hondo contenido, cuyos componentes están convocados por la magia del canto colectivo ha llegado a formar una fraternal familia donde desaparecen las barreras de comunicación que la sociedad ha creado artificialmente, entre sus miembros,
La música coral constituye para nosotros que la estudiamos y practicamos, el medio de conexión ideal con el espíritu de los grandes maestros. Es un importante aporte en esta época de confusiones y desorientación para lograr un objetivo en la vida de la juventud y de la sociedad toda, despertando y fortaleciendo ideales, superación humana. Nuestra Schola adquiere un elevado sentido social al unir en la agrupación coral a seres humanos de diferentes círculos culturales, estratos sociales, ideologías, sexos y edades. A través del canto logramos un mayor entendimiento, acercamiento y fraternidad a través de la interpretación de las obras de los distintos pueblos y una mayor compenetración con las épocas culturales del pasado, El canto coral nos educa la sensibilidad tanto de los que la interpretamos como del público, aumenta la alegría de vivir y procura goce espiritual. Contiene todos los elementos que tienden a la armonía, la paz y la expresión estética, requiere disciplina y tolerancia, obediencia y responsabilidad, constancia y dedicación, colaboración y compresión, superación, profundización y conocimiento, todo eso que cada uno de los integrantes de la Schola demuestran día a día,
Desde esta atalaya rendiros mi reconocimiento y admiración. Es una satisfacción trabajar con todos vosotros. Confucio, el gran maestro chino de la sabiduría y la virtud, nacido en 551 a. J.C., decía que la música era «una emoción de índole suprema que revela no sólo el sonido, sino también la personalidad moral de quien la produce". Consideraba que «la conduc­ta armónica, presupone un espíritu armónico, y que esta armonía del espíritu se estimula por el cultivo de la música ". Pertenecer a la Schola Polifónica La Paz es una excelente oportunidad para aprender a respetar a otras personas y para aprender solidaridad y lealtad pese a las diferencias de cada uno constituyendo así desde la música y el canto esa educación integral que nos hace ser más sensibles y más humanos, Goethe nos dejó escrito: «Hagas lo que hagas o tengas el sueño que fuere, empieza. La audacia lleva genio, poder y magia en su interior. "

       Luis Antonio Bellido Armalé
Director de la Schola Polifónica La Paz