
La distancia que existe entre los raíles del tren es: 143,5 centímetros.
La respuesta puede parecer extrañísima y absurda. Lo lógico habrían sido 150 centímetros, o algún otro número redondo, claro, fácil de recordar por los constructores y los empleados.
-¿Y eso por qué?-. :
Al principio, cuando construyeron los primeros vagones de tren, usaron las mismas herramientas que se empleaban para la construcción de carruajes. ¿Y por qué los carruajes tenían esa distancia entre las ruedas? Porque las antiguas carreteras se realizaron con esta medida.
Ahora bien, ¿quién decidió que las carreteras debían tener esta anchura? La respuesta nos remonta a un pasado distante: los romanos, grandes constructores de carreteras, fueron quienes lo decidieron.
¿Y cuál fue la razón?
Dos caballos tiraban de los carros de guerra de la época y, al poner lado a lado dos animales de la raza más extendida en ese tiempo, ocupaban 143,5 centímetros.
De esta manera, vemos que el ancho de vía usado por modernísimos trenes de alta velocidad fue determinado por los romanos. Cuando los emigrantes fueron a los Estados Unidos para construir el ferrocarril, no se preguntaron si sería mejor modificar la anchura y siguieron el mismo modelo. Esto llegó a afectar incluso a la construcción de transbordadores espaciales: los ingenieros norteamericanos consideraban que los tanques de combustible debían ser más anchos, pero se fabricaban en Utah, y debían ser transportados por tren hasta el Centro Espacial de Florida a través de túneles que no permitirían el paso de nada diferente.
Conclusión: tuvieron que resignarse a lo que los romanos habían elegido como medida ideal. Aunque, para complicar aún más la vida de todo el mundo, hay países vecinos que usan anchos de vía diferentes, de manera que un tren tiene que parar en la frontera y pasarle todo su cargamento a otro (aunque Francia tiene establecido un ancho de 1,43 metros, la distancia entre raíles en España es de 1,67 metros).
La respuesta puede parecer extrañísima y absurda. Lo lógico habrían sido 150 centímetros, o algún otro número redondo, claro, fácil de recordar por los constructores y los empleados.
-¿Y eso por qué?-.
Al principio, cuando construyeron los primeros vagones de tren, usaron las mismas herramientas que se empleaban para la construcción de carruajes. ¿Y por qué los carruajes tenían esa distancia entre las ruedas? Porque las antiguas carreteras se realizaron con esta medida.
Ahora bien, ¿quién decidió que las carreteras debían tener esta anchura? La respuesta nos remonta a un pasado distante: los romanos, grandes constructores de carreteras, fueron quienes lo decidieron.
¿Y cuál fue la razón?
Dos caballos tiraban de los carros de guerra de la época y, al poner lado a lado dos animales de la raza más extendida en ese tiempo, ocupaban 143,5 centímetros.
De esta manera, vemos que el ancho de vía usado por modernísimos trenes
Conclusión: tuvieron que resignarse a lo que los romanos habían elegido como medida ideal.