lunes, 28 de diciembre de 2009

Pasar,dejando huella


Cuentan que un turista americano fue al Cairo con el fin de conocer a un famoso sabio. El turista quedó muy extrañado al ver que vivía en un cuarto muy peque­ño, repleto de libros. Tan sólo tenía una cama, una mesa, una estantería y un banco.

-¿Dónde están sus muebles, preguntó el turista?

-¿Y los suyos? replicó el sabio.

-¿Los míos? ¡Pero si yo estoy aquí de paso! le comentó sorprendido.

-Yo también estoy de paso, concluyó el sabio.

Efectivamente, todos estamos aquí de paso. Lo verdaderamente hermoso sería poder «pasar, dejando huella». Pasar haciendo el bien, dejando esas huellas de amor y felicidad en todos los que nos encuentren. Ya que la vida es breve, dejemos una buena huella.