lunes, 4 de enero de 2010

La primera abogada de España

Olvidada durante años por su largo exilio, Victoria Kent Siano rompió todos los moldes de su época. En 1925, fue la primera jurista española en defender a un pro­cesado, en participar en un con­sejo de guerra y en tener un cago público, y no sólo en Espña: en el mundo también fue pionera en defender un caso an­te un Tribunal Supremo.

Kent nació en laga en 1892, estudió Magisterio y se trasladó a Madrid para seguir la carrera de Derecho y el doc­torado. Fundó el Sindicato Na­cional de Mujeres Abogadas y, en 1930, defendió al político Álvaro de Albornoz, encausa­do por haber participado en la fracasada sublevación repblicana de Jaca. Obtuvo un gran prestigio al obtener la ab­solución para su defendido y pronto desembarcó en la vida política española.

Fue una de las fundadoras del Partido Radical Socialista y se convirtió en diputada por Ma­drid tras las elecciones de 1931. Pero durante el debate del pro­yecto de Constitución, se opu­so a la concesión del sufragio activo de la mujer, que al final se aprobó. ¿La razón? Quea aplazar el derecho porque pen­que las mujeres votarían en contra del Gobierno republica­no. Por ello fue criticada por las feministas durante años.

De 1931 a 1932 se convirtió en directora general de Prisio­nes y consiguuna gran popu­laridad por sus intentos de re­forma. Entre otras medidas, eli­minó las cadenas y grilletes, clausulas celdas de castigo, excarceló a los mayores de 70 años y creó la prisión de muje­res de Ventas (Madrid). Pero debido a las presiones políti­cas se vio forzada a dimitir.

En 1936 fue elegida diputa­da de nuevo y con la Guerra Civil se marchó a París pa­ra ocuparse de los niños espa­ñoles repatriados por varios países europeos. Fue perse­guida por los nazis y, en 1945, se exilió a México. De alsal­tó a EEUU para trabajar co­mo experta en asuntos peni­tenciarios en la ONU (de 1950 a 1952). Allí permaneció du­rante más de tres décadas y fundó la revista Ibérica, plata­forma para los españoles rpublicanos. En 1978 volvió a España, pero siguió mante­niendo su residencia en Nue­va York, donde falleció en 1987.