sábado, 16 de enero de 2010

Mandela el Gandhi contemporáneo



Si hay un referente moral hoy en el mundo, se llama Nelson Mandela
En esta época en que parecen predominar los desvalores y el individualismo, es bueno rendir tributo a una persona que supo ofrecer su vida por defender sus ideales y la dignidad de los seres humanos, pero sobre todo que siempre privilegió los métodos no violentos y las soluciones pacíficas para los conflictos.

"He dedicado toda mi vida a la lucha del pueblo africano. He luchado contra la dominación blanca y he luchado contra la dominación negra. Aspiro al ideal de una sociedad democrática y libre en la que todas las personas vivan juntas en armonía y con igualdad de oportunidades. Se trata de un ideal que espero ver realizado y vivir. Pero si tuviera que ser de otra forma, es un ideal por el cual estoy preparado para morir"

Estas son las palabras finales del alegato que pronunció frente al tribunal que lo condenó a prisión perpetua en 1964 junto a varios compañeros.

Mandela (Madiba, como es conocido en Sudafrica) es una de las personas en las que uno piensa cuando busca líderes políticos respetables. Tiene el atributo principal que debe tener un líder sin fronteras, que es el de la integridad, pero no solamente entendida como honestidad.
En su biografía, Mandela cuenta que cuando era niño anhelaba la libertad personal, era un chico inquieto, independiente, tenía una necesidad de libertad. De joven, empezó a sentir que quería lograr la libertad de los de su raza, de su color de piel. Pero de adulto, cuando salió de la cárcel, quería la libertad de todos los sudafricanos, incluyendo a sus opresores, porque si él no liberaba también a los opresores no iba a haber paz y convivencia en Sudáfrica.
Por eso, él hace este gesto tan impresionante que es elegir como vicepresidente, a Frederik de Klerk, un opositor que lo había tenido preso durante dos décadas (de los casi 30 años que lo tuvieron encarcelado). Es un acto de perdón tan enorme como una conversión espiritual.
En 1994 Mandela sorprendió al mundo cuando decidió gobernar junto a Frederik de Klerk, un político blanco, protestante, que fuera miembro de los gobiernos racistas que lo habían mantenido preso durante 27 años en una isla amurallada. En su pequeña celda, desde donde no podía ver ni el horizonte, Mandela aprendió a atravesar los muros más profundos y dolorosos, los que dividían y lastimaban su propio corazón. Allí comprendió que su misión era liderar no como negro ni sudafricano, sino como ser humano. Escribe en su libro “El Largo Camino hacia la Libertad”: “Sabía con toda claridad que el opresor debe ser liberado al igual que el oprimido. Un hombre que despoja a otro de su libertad es un prisionero del odio, y está atrapado detrás de los barrotes de sus prejuicios. … Ambos han sido privados de su humanidad. Cuando salí de la prisión, sabía que esa era mi misión: liberar tanto a los oprimidos como a los opresores.”
Mandela fue electo Presidente de Sudáfrica en 1994. Para reconciliar a una nación dividida, puso en marcha el programa de Verdad y Reconciliación por el cual personas involucradas en torturas y crímenes políticos debían arrepentirse públicamente y pedir perdón, tanto por el apartheid así como, también, los propios miembros de los grupos de liberación. Quien no lo hiciera sería procesado penalmente.
Porque su objetivo siempre fue la paz y la democratización de Sudáfrica y no « la guerra revolucionaria ». Al llegar al poder en 1994 Mandela puso el acento en la verdad, la reconciliacion y la sanación de su país y no en la división. Este hombre nacido en 1918, premio Nobel de la Paz, ya es símbolo de integridad e integración, valores esenciales para la política de nuestro siglo.
El mensaje de Mandela fue y sigue siendo poderosísimo, y continuará resonando para siempre en la conciencia de la humanidad. Su ejemplo revela que alguien puede actuar en un contexto muy específico y local, en este caso, la comunidad negra de Sudáfrica, pero su impacto tiene un alcance global, porque cada ser humano es la humanidad toda. Como Mahatma Gandhi, Martín Luther King y otros líderes humanitarios, el caso de Mandela revela que los valores morales y espirituales más profundos, como son el amor al prójimo, el perdón, la compasión y la grandeza de corazón no pueden estar divorciados de nuestro hacer diario, y mucho menos en contextos tan conflictivos, competitivos y fundamentales como son la política, la economía y la conducción de las naciones.
Por esto y tantas casas más a través de la música la escuela de Músicas La Paz de Zaragoza vamos a rendirle nuestro sincero homenaje en este año 2010 en el cual la Asamblea de las Naciones Unidas ha declarado el 18 de julio fecha de su nacimiento, el Día Internacional Mandela por la Lucha de las Libertades, para inspirar a la gente a mejorar sus vidas y sus comunidades. “Esta celebración de la vida de Nelson Mandela servirá como llamamiento global a la acción para que la gente reconozca su poder individual y ayude a mejorar el mundo a su alrededor”, esta celebración debe inspirar a los pueblos de todos los rincones del mundo a adoptar los valores de Nelson Mandela a fin de mejorar sus vidas a través del servicio a sus comunidades”. Nelson Mandela ha dejando su impronta en el mundo desde hace 67 años, comenzando en 1942, cuando por primera vez comenzó a abogar por los derechos humanos de cada sudafricano. Desde entonces, su vida ha sido una inspiración para el mundo
Nosotros la comunidad educativa de la Escuela de Música la Paz nos sumamos a imitar el ejemplo de personas como él. Desde la transversalidad, la educación en valores, y con diferentes trabajos musicales, culminaremos con el montaje conjuntamente de la Schola Polifónica y la Escolanía La Paz de la partitura vocal a cuatro voces titulada MANDELA.